Se le puede considerar como planeta a todo cuerpo celeste casi esférico que puede formar una órbita "limpia" de objetos de un tamaño similar alrededor de una estrella. Dentro de nuestro sistema solar existen varios planetas clasificados como jovianos (similares a Júpiter) y telúricos (como por ejemplo la Tierra). Todos éstos planetas y algunos otros objetos celestes conforman el Sistema Solar, uno de una gran cantidad que tiene nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Nuestro planeta reúne varias condiciones favorables que lo hacen ser casi perfecto, la cuál es la causa de que actualmente pueda albergar vida, aunque tomando en cuenta las dimensiones del Universo pueden existir otros donde también se encuentre la vida y se desarrolle de manera similar.
En realidad existen varias teorías acerca de la formación de los planetas del sistema solar pero la mayoría apunta a la concentración de polvo y gas en regiones apartadas entre sí, pero a la vez afectadas por la fuerza gravitacional que ejercía el Sol.
La Tierra tiene más de 4.500 millones de años, pero sin embargo, la vida lleva evolucionando unos 3.500 millones de años; los periodos geológicos temporales dividen a la Tierra en dos supereónes o cuatro eónes principales: el Hadeico, el Arcaico, el Proterozoico y el Fanerozoico.
La vida en la Tierra toma forma durante el inicio del Fanerozoico (hace aproximadamente 500 millones de años), durante el período Cámbrico, localizado dentro de la era Paleozoica, cuando se formaron los primeros cordados. La vida comenzó a crecer más que en otras épocas por la gran cantidad de cambios favorables que se efectuaron en lo que se llama explosión cámbrica.
Todas estas formas de vida han mejorado hasta el día de hoy, siendo nosotros el más claro ejemplo de la evolución.